POR DANIEL WOOLLS
THE ASSOCIATED PRESS
MADRID -- El papa Benedicto XVI viaja este fin de semana a una España que, de nación católica devota, ha pasado a ser una de las más liberales de Europa.
La visita es parte de una campaña del Vaticano para intentar que la Europa cada vez más secular atesore sus raíces cristianas, pero el pontífice enfrenta un fuerte desafío en un país que ha experimentado una notable transformación social en pocos años, con leyes que permiten el matrimonio homosexual, el divorcio expeditivo y abortos más fáciles.
Estos cambios son los más recientes, y quizás más notables, en la transformación producida en España después de la dictadura derechista del general Francisco Franco, que murió en 1975. Después de rígidas restricciones sociales y políticas sobrevino una explosión de hedonismo y vigor cultural que alejó a la sociedad de su tradición religiosa.
Esta situación ha alarmado al Vaticano, que recuerda una época no lejana en que todas las aulas de las escuelas públicas tenían un retrato de Franco y un crucifijo colgados en la pared. Para muchos españoles liberales, por otra parte, la asociación de la Iglesia con el régimen de Franco es en gran medida la causa del alejamiento.
"Esta es sin duda la España menos católica de la historia, y los datos demográficos sugieren que lo seguirá siendo cada vez menos", comentó el sociólogo Kerman Calvo sobre la nación que recibirá el sábado al pontífice para una visita de dos días.
La asistencia a la iglesia está disminuyendo paulatinamente y los asistentes a la misa dominical suelen peinar canas. Las congregaciones están perdiendo jóvenes, y las ceremonias civiles superan los casamientos por iglesia por primera vez.
Benedicto comenzará su gira en Santiago de Compostela, una ciudad término de las peregrinaciones religiosas durante siglos, cuya catedral supuestamente custodia los restos de Santiago Apóstol. El viaje concluye el domingo en Barcelona, donde el Papa consagrará parte de la iglesia de la Sagrada Familia, la maravilla arquitectónica inconclusa de Antoni Gaudí.
A menos de dos días de su llegada, la policía antimotines intervino el jueves por la noche ante manifestantes antipapales en Santiago, algunos de los cuales portaban carteles diciendo "No te estoy esperando".
En Barcelona, cientos de personas efectuaron una manifestación nocturna pacífica para protestar por la gira papal por una serie de motivos, desde el costo de la visita hasta el escándalo de abuso de menores por parte de religiosos.
El Nuevo Herald