La deuda española se está resistiendo de las dudas políticas que han aparecido sobre el rescate de Irlanda una vez que Dublín ya ha aceptado solicitar la ayuda del FMI y la UE. Así, si en los mercados secundarios de deuda la jornada había amanecido tranquila con una clara mejora de la prima de riesgo de Irlanda, y en menor medida de la de España, la tarde se ha saldado con un cambio de tendencia y un nuevo repunte de este indicador. A las 16.30, la prima española avanzaba hasta los 210 puntos básicos frente a los 202 a los que cerró el viernes. En el caso de Portugal también destaca que el coste de asegurarse contra un eventual impago de su deuda, los llamados CDS y que son un campo ideal para la especulación, ha registrado su mayor subida en los dos últimos meses, lo que deja en evidencia cuál es el próximo objetivo de los tiburones del mercado.
Aunque se esperaba que la puesta en marcha del mecanismo de ayuda sirviese de dique a los problemas de Irlanda y disipase el riesgo de contagio, las dudas que están apareciendo sobre la capacidad de su Gobierno para sacar adelante los drásticos recortes que le pedirán los organismos internacionales ha acabado por desbordar la incertidumbre. Aunque aún no hay nada decidido sobre el plan de rescate en lo relativo a aspectos tan esenciales como su montante o las medidas de ahorro que llevarán implicítas, los inversores han optado por hacer más caso al descontento interior de los socios del Gobierno de Brian Cowen y de la oposición, inflamados en sus declaraciones por estar en la campaña electoral previa a los comicios del jueves, para decidir dónde colocar su dinero. Frente a ello, prestan poca atención a los continuos llamamientos de Bruselas y los países implicados en que están haciendo los deberes y que sus problemas son diferentes.
El País