La edad le sienta de miedo a Oscar Niemeyer. El genio brasileño saltó este miércoles la barrera de los 103 años inaugurando su enésima obra en Niterói, la ciudad vecina de Río de Janeiro, y demostrando que aún le queda cuerda para rato. "Mientras pueda trabajar, trabajo. Porque el trabajo me distrae, no es un sacrificio", aseguró el arquitecto, fatigado por el bochorno casi veraniego aunque contento por la calurosa acogida de decenas de familiares, amigos y admiradores que le cantaron 'Parabéns pra você', el 'Cumpleaños feliz' en versión local.
Acompañado de su inseparable mujer, Vera Lúcia, con quien se casó a los 98, Niemeyer se esforzó en montarse a un coche con su silla de ruedas para desplazarse hasta el otro lado de la bahía de Guanabara y asistir a la presentación de la sede de la fundación que lleva su nombre.
La construcción, levantada en un área de cerca de 1.600 metros cuadrados, refleja una vez más los trazos del artista sobre el hormigón armado recubierto de blanco. La obra consiste en una semiesfera -similar a un iglú seccionado- a cuya parte superior se accede desde una rampa curvilínea al estilo del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), que se encuentra a poco más de un kilómetro en la misma ciudad.
El 'camino' crece
De hecho, ambos son el primero y el sexto edificio del llamado 'camino Niemeyer', una colección diseminada por la costa de Niterói que incluye también una plaza en homenaje al ex presidente Juscelino Kubitschek, un memorial al ex gobernador Roberto Silveira, el sinuoso Teatro Popular y la Terminal de las Barcas de Charitas.
Todo ello sin contar la Torre Panorámica -60 metros de altura-, el Centro de Convenciones y el Centro Petrobras del Cine que se incorporarán próximamente al conjunto.
Por ahora, la nueva sede de la fundación acogerá la Escuela Oscar Niemeyer de Arquitectura y Humanidades, así como un espacio cultural para visitantes y estudiosos de la trayectoria del creador de los símbolos estéticos más reconocidos de Brasilia. Aunque ese estreno, en la práctica, no ocurrirá hasta el primer trimestre de 2011.
"El mayor genio que ha producido este país cumple 103 años. Era absolutamente irresistible inaugurar [el edificio] hoy", explicó el alcalde de Niterói, Jorge Roberto Silveira, tratando de justificar la realización del evento cuando aún faltaban detalles por pulir en el interior de la estructura con forma de caracol.
Museos, catedrales y acuarios
El alcalde se volcó en elogios hacia el arquitecto. "Dios ha sido muy generoso con el pueblo brasileño al darle una vida larga y productiva a Oscar Niemeyer. Cuanto más vive, más brasileños podemos decir que hemos sido sus contemporáneos", se enorgulleció.
El edificio presentado este miércoles es apenas uno más en la extensa lista de proyectos en los que anda enfrascado Niemeyer. El centenario e hiperactivo artista supervisa en la actualidad un buen puñado de trabajos desde su estudio frente a la playa carioca de Copacabana, entre ellos la reforma del Sambódromo Marqués de Sapucaí, que ganará 15.000 nuevas plazas para el Carnaval de 2012.
También se encuentra involucrado Niemeyer en las obras del Museo Pelé en Santos, en la catedral de Cristo Rey en Belo Horizonte y en el innovador Acuario de Búzios. Como siempre, cada reto supone una alegría para el genio. "Nunca nadie ha hecho un acuario dentro del agua. Eso me distrae", afirmó con sencillez. "Cada problema que aparece es un esfuerzo por resolver que me agrada mucho. Y aún consigo hacerlo". El Mundo
