El malestar social enciende el Magreb. Argelia y Túnez son escenarios de violentas protestas que amenazan con quebrar el espejismo de estabilidad y que ya se han cobrado su primera víctima mortal.
Según publica el diario árabe El Khabar, un jóven de 18 años fueasesinado a tiros este viernes durante un enfrentamiento entre manifestantes que protestaban por la carestía de la vida y la Policía, en la región argelina de M'Sila, situada a 300 km al sureste de Argel, informa AFP.
El Khabar afirma que el joven Azzedine Lebza murió en el acto viernes tras ser alcanzado por una bala, aunque la información no ha sido confirmada por fuentes oficiales. Otros tres manifestantes habrían resultado heridos.
Más allá, las revueltas evidencian una profunda fractura social, un divorcio entre el pueblo y el Estado que dura ya décadas.
Es lo que exaspera a los jóvenes y diplomados que han salido a las calles de Argelia y Túnez. Atenazados por el desempleo, la falta de oportunidades, la corrupción rampante y la ausencia de libertades civiles, el único modo de canalizar la hogra, el sentimiento de humillación y desesperación, es la violencia.
"No queremos esta vida sin futuro", dice un joven manifestante de Bab el Oued, un barrio de clase humilde de Argel. "Gritamos y quemamos porque este es el único lenguaje que el Gobierno comprende", añade. Las protestas en Argelia se han extendido a todas las ciudades y ayer se cobraron su primera víctima mortal.
En Túnez, la agitación social cumple ya tres semanas y cuatro muertos. Mohamed Bouazizi, de 26 años, se inmoló el 17 de diciembre y se convirtió en símbolo de los desvalidos del país. Pero la única respuesta de las autoridades ha sido más represión. El Mundo