Alrededor de 3.000 cadáveres quedan sin identificar anualmente en los servicios forenses de México, dijo Morris Tidball-Binz, coordinador del Área Forense del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Se calcula que el 30% de ellos corresponden a los 300.000 inmigrantes que cruzan el territorio mexicano, camino de Estados Unidos, según la misma fuente.
Todos esos cadáveres van a parar a las fosas comunes de cementerios, y algunos terminan en facultades de medicina de varias universidades.
Las autoridades trabajan en un protocolo de identificación de cadáveres con criterios únicos, elaboración de un banco nacional de cuerpos sin identificar, y un sistema en red de búsqueda en tiempo real de desaparecidos y fallecidos, que debe funcionar en este año.
La adopción del protocolo "le dará a México un posicionamiento de punta porque no existe una práctica igual en ningún país federal en el mundo", explicó Tidball-Binz.
El borrador ya ha sido empleado en algunos casos, como en la identificación de 15 cadáveres decapitados en la ciudad turística de Acapulco, el pasado 8 de enero.
A juicio del funcionario de Cruz Roja Internacional el protocolo, quedetermina desde la manera en que se debe recoger un cadáver, hasta el modo de asegurar un tratamiento digno de los restos, debe servir sobre todo para mejorar la identificación de migrantes muertos. El Mundo