sexta-feira, 4 de fevereiro de 2011

La crisis alimentaria pone en jaque al Gobierno de Evo Morales

La vida de una familia en La Paz gira en torno al azúcar, a los pollos, a la leche y a sus derivados. "Hay que estar siempre atentos porque en la mañana puede haber esos productos y a la tarde ya han desaparecido. Y los precios cambian que da miedo", contaba la prensa Cecilia, un ama de casa que aprovecha el recorrido por los comercios para mantenerse en buen estado físico.
El presidente Evo Morales atribuye la crisis alimentaria por la que atraviesa Bolivia al calentamiento global, al capitalismo y a "algunos empresarios que sacan provecho de la situación". La situación a la que se refiere Morales es que un país que hasta hace poco exportaba azúcar ahora debe importarla en grandes cantidades desde Brasil.
Como los envíos del vecino país no son de la noche a la mañana, Morales se vio obligado tomar una medida que va en contra de sus principios:permitir que el precio del azúcar oscile libremente y que se venda a 8 bolivianos (poco más de un dólar) el kilo, es decir, al precio que cotiza en los mercados internacionales.
No obstante, la ministra de Desarrollo Productivo, Ana Teresa Morales, anunció que se trata de un aumento transitorio y que tan pronto llegue el azúcar brasileño, el precio descenderá a 5 bolivianos el kilo. Las colas que se seguían observando en los puntos de distribución, dan testimonio de la falta de confianza de los consumidores ante tales anuncios.
Llama la atención que las críticas a Evo Morales por esta situación, provengan de los dos extremos del mapa político y que sean coincidentes. El senador Bernard Gutiérrez, del bloque opositor PPB-Convergencia Nacional, acusa al gobierno de "carecer de una brújula" para llevar adelante una política económica coherente.
Por esa razón, señala el parlamentario, "todo lo que se hace en materia de alimentos son improvisaciones". De otro lado del espectro, la Central Obrera Boliviana (COB) también critica al Ejecutivo por no tener un plan "que garantice la soberanía alimentaria del país frente a la escasez de productos básicos".
Un experto de la Universidad Mayor de San Andrés, el ingeniero agrónomo Julio Altagracia, coincide con Evo Morales en que la fuerte sequía que se hizo sentir sobre todo al Altiplano –y que puede atribuirse al calentamiento global, como dice el presidente- afectó seriamente a las cosechas. Pero esa no es toda la historia.
"De los 15 millones de hectáreas aptas para la producción agropecuaria (que posee Bolivia) ni siquiera se aprovechan 3 millones de hectáreas. Esto se debe a la falta de incentivos, ya que ninguna persona en su sano juicio querría producir cuando el gobierno le fija los precios. No hay relación entre el coste de los insumos y los ingresos que se pueden obtener", señala Altagracia.
Por ser Bolivia un país "avícola", la gente consume mucho más la carne de pollo que la de bovino. Pues bien, el precio de ese producto aumentó en un 20% debido a la escasez de maíz. Igual que con el azúcar, el Gobierno tuvo que importar 50.000 toneladas del grano siendo que antes se autoabastecía.
"Evo no es culpable de la sequía, pero si es tan consciente de los trastornos climáticos, debió haber estimulado a los agricultores del oriente (las tierras bajas y subtropicales) para que plantaran de todo. No lo hizo por razones puramente políticas", dice el ingeniero al que se mencionaba antes, en referencia al pleito que mantiene el jefe de Estado con los gobernadores de las provincias más fértiles del país.
Mientras se intenta llegar a un acuerdo con los dueños de los ingenios azucareros, con los productores de granos y los criadores de pollos, Evo Morales recomendó a sus compatriotas el consumo de miel. "Los médicos dicen que es más saludable (que el azúcar). Por eso he pensado como podemos emprender un programa para instalar colmenas en esta región", dijo el presidente durante un encuentro con productores de la provincia de Oruro. El Mundo