La decisión del Nobel Mario Vargas Llosa de votar por Ollanta Humala en la segunda vuelta presidencial incomoda a un sector de la derecha democrática, que ya ha decidido "ponerse el Kimono" y apoyar a Keiko, la hija del ex presidente Alberto Fujimori
La invocación de Vargas Llosa a brindar un "apoyo crítico" a la candidatura del nacionalista frente a la amenaza del retorno "de una de las dictaduras más atroces que ha tenido Perú" ha desatado fuertes críticas.
Lógicamente, el fujimorismo ha sido la primera trinchera. Keiko Fujimori ha salido por la tangente y ha achacado la decisión del Nobel a que no conoce su plan de gobierno. "No me conoce, no me ha dado la oportunidad de explicarle cuales son mis planes, mis principios y mis valores", dijo a su salida de la misa de resurrección en la catedral de Lima.
El ex ministro de trabajo de su padre y hoy vocero del partido fue más contundente. "Mario Vargas Llosa necesita un psiquiatra urgente", dijo en una emisora radial. "¿Dónde está la fobia de Vargas Llosa?", continuó.
Las críticas se han extendido también entre líderes de la derecha democrática como el ex ministro de Economía Pedro Pablo Kuzcynski. "Mario está influenciado por su odio a Fujimori y es entendible", dijo 'PPK', quien obtuvo un tercer lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 10 de abril. "Hay que respetarlo pero su posición va en contra de su pensamiento", dijo en una entrevista del diario El Comercio publicada este domingo.
Mientras, los grupos mediáticos que le dedicaron múltiples portadas tras conseguir el Nobel parecen hacerle ahora un voluntario vacío a sus declaraciones y se ven inmersos en despidos y renuncias de periodistas que se niegan a cubrir la campaña a favor de Keiko.
Por su parte, el escritor peruano Jaime Bayly también se sumó al cargamontón de críticas contra Vargas Llosa y dio credibilidad al reciente juramento de Keiko, quien puso a Dios como testigo de que no indultará a su padre. Y mientras el juramento de Keiko encuentra cabida en un sector de los medios, la incorporación el pasado lunes de varias decenas de técnicos con conocidas credenciales democráticas para moderar el programa económico de Ollanta Humala- entre ellos Kurt Burneo, jefe del plan de gobierno de Alejandro Toledo- es criticada por analistas como oportunista.
"Persona incómoda" para la derecha
Las críticas evidencian la soledad del Nobel en su cruzada por formar un frente democrático de apoyo a Ollanta Humala como mal menor.
Para el comentarista político Augusto Álvarez Rodrich, Mario Vargas Llosa es una "persona incómoda" para la derecha tradicional peruana. "Las propuestas de Vargas Llosa se distancian de la derecha tradicional peruana, cuya preocupación exclusiva es el crecimiento económico y le tienen sin cuidado la defensa de las libertades y de los derechos humanos", declara a El Mundo.es el comentarista político y ex director del diario Perú 21.
Por su parte, para el periodista y comentarista político Mirko Lauer, "esta nueva opción del escritor contra lo dictatorial los pone en evidencia, les complica el travestismo". "El gesto del escritor plantea que apoyar a la candidata fujimorista es apoyar a la dictadura de 1992-2000 con todos sus estropicios, lo cual irrita mucho a quienes quieren creer (…) que democracia y decencia no están en cuestión", señala Lauer en su columna del diario La República.
Trasvase de votos a favor de Keiko
La encuesta difundida este domingo, que coloca a Ollanta Humalacon un 42% de los votos y a Keiko Fujimori acortando distancias con un 36%, refuerza la idea de que los votantes de derecha parecen haber tomado ya partido por la hija del ex dictador. Un 41% de los que votaron por Pedro Pablo Kuzcynski declaran ahora que apoyarán a Keiko frente a un 20% que lo harán por Humala. En el caso de los votantes del ex alcalde de Lima Luis Castañeda, un 34% votarían por Keiko y un 24% por Humala.
En el caso de Alejandro Toledo, quien representó en el 2000 la lucha contra la dictadura fujimontesinista y enarbola una bandera de centro-derecha, un 37% de sus votantes apoyarían a Humala frente a un sorprendente 32% que lo harían por Keiko.
Este trasvase de votos tiene su ejemplo palpable en zonas residenciales de Lima. Donde antes se exhibían carteles de apoyo a 'PPK', ahora se ven pancartas a favor de la hija del ex dictador. Uno de los ejemplos más notorios se encuentra a pocos metros de la residencia de Mario Vargas Llosa en el distrito limeño de Barranco. "Amo a Keiko", luce en su frontis una lujosa casa residencial colindante al malecón Mario Vargas Llosa, donde el nobel tiene su vivienda. EL MUNDO