El asesinato del ex gobernador del noroccidental estado mexicano de Colima Silverio Cavazos Cevallos fue ligado al narcotráfico por medios y políticos, aunque oficialmente se mantiene que se desconocen los motivos.
El procurador de Justicia de Colima, Arturo Díaz Rivera, quien informó este lunes que ya cuenta con un retrato hablado del asesino, también aclaró que "no se puede precisar si fue por narcotráfico o venganza política" el móvil del asesinato ocurrido la víspera, porque "no hay información para señalar algún motivo".
Sin embargo, analistas políticos de la prensa nacional han recordado que el pasado 23 de agosto el dirigente local del Partido Verde, Mariano Trillo Quiroz, pidió a la Fiscalía mexicana que investigara la riqueza de Cavazos argumentando que podría estar vinculada con grupos fuera de la ley.
También han indicado que un hermando y un primo suyo se encuentran detenidos por delitos vinculados al narcotráfico.
Cavazos Ceballos fue asesinado por tres sicarios en la puerta de su casa, donde, por motivos aún no precisados, había salido solo, por lo que sus guardaespaldas sólo reaccionaron después de que resultara herido por sus asesinos.
El asesinato de Cavazos, que fue gobernador de Colima del cinco de abril de 2005 hasta el primero de noviembre de 2009, se dio después de que este año fueran asesinados el candidato a gobernador del nororiental estado de Tamaulipas Rodolfo Torre Cantú y una docena de alcaldes electos y en funciones.
Cavazos fue elegido tras el fallecimiento de su antecesor en un accidente de aviación después de un año de ejercer el poder. En los últimos cinco años la actividad de las bandas del narcotráfico en Colima, que tiene costas sobre el Océano Pacífico, se ha incrementado, según informes oficiales.
La Procuraduría de Justicia del Estado ha indicado que las organizaciones narcotraficantes de Los Zetas, La Familia Michoacana y el cártel de Sinaloa, disputan el control del puerto Manzanillo y la costa del estado para utilizarlo como un lugar de ingreso de los cargamentos que reciben de drogas.
El Mundo