"Estoy bajo arresto domiciliario". Se lo ha contado por teléfono al Daily Telegraph desde Pekín Ai Wei Wei, el artista que en estos momentos exhibe en la Tate Modern de Londres una instalación de miles de pipas de porcelana que ya solo se pueden ver de lejos y no tocar, como en el primer día, por posibles problemas tóxicos.
El creador chino había organizado una fiesta a la que al parecer iban a acudir al menos mil personas en su estudio de Shanghai, que recibió esta semana una orden de demolición por un supuesto fallo de licencia. El artista ha indicado que fueron las propias autoridades las que le invitaron a construir allí su estudio, por lo que la orden de derribo podría estar más vinculado a las molestias que les causa su arte subversivo.
"Me requirieron que no fuera y que le dijera a todo el mundo que la fiesta se cancelaba, pero les dije que no podía hacer eso y que tendrían que impedírmelo. Así que han hablado con sus superiores y han vuelto para comunicarme que estoy oficialmente bajo arresto domiciliario", ha relatado al periódico británico, desde su estudio de Pekín.
Siempre crítico con la censura del Ejecutivo chino, ha señalado que su situación "vuelve a demostrar la simpleza del Gobierno. No hay libertad de prensa en China, no hay independencia judicial ni forma alguna de debatir o manifestar desacuerdo con el Gobierno".
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado que ha hablado de Derechos Humanos con su homólogo chino Hu Hintao. "Es alguien con quien se puede hablar", ha afirmado el mandatario galo.
El Mundo