sexta-feira, 5 de novembro de 2010

Santiago, en la víspera de ser 'territorio vaticano'

"Alea jacta est". El alcalde de Santiago se vale de la frase más famosa de Julio César para definir ante la prensa la situación actual de la ciudad en la víspera de la llegada del Papa. "No sé si la suerte está echada pero lo que es seguro es que todo está preparado". Xosé Sánchez Bugallo, en una comparecencia monotema, se encomienda a la suerte para que la visita de Benedicto XVI salga perfecta porque "todo está previsto y montado".
El contador de tiempo va restando minutos en la cabeza del responsable de la ciudad hasta las 11.30 del sábado, hora en la que el avión de Alitalia procedente de Roma aterrizará en Lavacolla. Una cuenta atrás que incluye un punto de inflexión este mismo viernes. "A partir de las 10 de la noche entraremos en el día D, que terminará cuando el Papa se vaya y la gente vuelva para sus casas". Su labor se centra en que el estado de la ciudad sea el óptimo y un dispositivo velará "para corregir algún elemento y que nada se estropee o se manche a última hora".
Y mientras Bugallo ofrecía estas impresiones, en el exterior del Pazo de Raxoi, sede municipal, la plaza del Obradoiro era todo un hervidero de preparativos en la víspera de la tercera visita de un Papa a Compostela. En el altar se ultima la decoración. Ante él, 6.000 sillas apelotonadas se empiezan a desplegar sobre la plaza para los asistentes. Los medios de comunicación realizan sus conexiones en directo. La presencia de policías nacionales es más que patente. Sobre ellos, un helicóptero del Cuerpo sobrevuela el cielo.
Pese a todo, el regidor compostelano está tranquilo. "No son medidas de seguridad diferentes a lo que han vivido los tres millones de personas que han entrado en la Catedral este año". La constante prueba que vive la ciudad en este año Xacobeo, ejemplificada en el sistema de control de accesos a la Catedral, servirá de guión para los cordones de seguridad que se establecerán en las plazas que circundan al recinto religioso. Por ello Bugallo asegura que "va a funcionar con naturalidad".
Una de las curiosidades que toma la visita del Papa es que las inmediaciones de la Catedral serán territorio vaticano durante la presencia del Pontífice. Según explicó el alcalde, se aplica el "principio de extraterritorialidad", de la misma manera que sucede con los embajadores. La Iglesia tendrá las competencias "legales y jurisdiccionales" en la sede arzobispal, la Catedral, las plazas colindantes y algunas salas del Pazo de Raxoi que se ceden al Papa, a los Cardenales y a los Arzobispos.
El Mundo