Al menos 141 presos se escaparon este viernes por la puerta principalde un penal en una ciudad del norte de México, fronteriza con Estados Unidos, en el hecho más reciente que muestra la inseguridad de las prisiones en medio de la guerra contra el narcotráfico. Algunos medios locales informan de la fuga de hasta 191 reos.
Los prisioneros escaparon, formados en fila, de una prisión estatal en la norteña ciudad mexicana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, dijeron dos fuentes de la policía del estado.
"Salieron por la puerta principal, lo que señala la complicidad de los custodios", dijo una fuente de la policía que se negó a dar su nombre por razones de seguridad. "Un alto número escaparon, pero todavía estamos revisando las listas de la cárcel para ver realmente cuántos son", agregó.
En septiembre, 85 prisioneros escaparon del penal de Reynosa, también en Tamaulipas, donde el cártel del Golfo y su ex brazo armado libran sangrientas batallas, tienen aterrorizados a pueblos enteros y sobornan a autoridades.
Según las informaciones, muchos de los prisioneros cumplían condena por delitos relacionados con el narcotráfico. Un portavoz de la Procuraduría General de la República confirmó la fuga, pero no pudo dar detalles. Soldados y policías federales mantenían rodeada la prisión, que fue construida en el 2000.
La fuga siguió a una ola de violencia en el norte de México, que incluye ejecuciones y enfrentamientos entre cárteles rivales y contra fuerzas de seguridad, subrayando los retos que el Gobierno del presidente Felipe Calderón enfrenta en su ofensiva contra los narcotraficantes.
Calderón ha desplegado, en los cuatro años que lleva de gobierno, a decenas de miles de militares y policías federales en variosestados para enfrentar a los cárteles.
Joaquín 'El Chapo' Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa y uno de los capos más buscados en México, escapó en el 2001 de una prisión de alta seguridad escondido en un carrito de lavandería.
La crisis de sobrepoblación de las prisiones se ha agudizado a medida que más narcotraficantes caen tras las rejas y provocan motines y fugas, mientras que autoridades no han logrado controlar la corrupción dentro de las cárceles. El Mundo