Roma | Madrid.- Los precios de los alimentos alcanzaron en diciembre un nuevo récord, por encima incluso de los máximos históricos registrados durante la crisis alimentaria sufrida por varios países en el verano de 2008.
Así lo muestran los datos proporcionados por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La organización con sede en Roma ha afirmado que el incremento no supone aún una crisis, según recoge el 'Financial Times'. Sin embargo, Abdolreza Abbassian, economista de la organización, ha admitido que la situación es "alarmante". "Sería muy estúpido asumir que este es la cima", ha añadido.
En concreto, el indicador de precios de los alimentos de la FAO, que analiza la evolución de 55 materias primas alimentarias, alcanzó en diciembre los 214,7 puntos, frente a los 206 enteros del mes anterior y por encima del anterior récord de 213,5 puntos registrado en junio de 2008.
El indicador, que acumula así su sexta subida mensual consecutiva, refleja el alza observada en los precios del azúcar y la carne, que en ambos casos marcaron niveles récord en 398,4 y 142,2 puntos respectivamente.
Asimismo, el resto de categorías que componen el índice de la FAO también registraron significativos avances. De hecho, el precio de los cereales alcanzó los 237,6 puntos, frente a los 223,3 enteros del mes anterior, mientras que el dato de los productos oleaginosos subió a 263 puntos, desde 243,3, y el precio de los productos frescos alcanzó 208,4 puntos desde 207,8 enteros.
Pese a esta subida de los precios, todavía no se han producido protestas como las vividas hace dos años en Haití y Bangladeshcuando los precios subieron fuertemente.
Esta vez, el arroz, alimento básico para 3.000 millones de personas en Asia y África, se ha mantenido relativamente estable y por debajo de su máximo de 2008. El trigo, otro de los alimentos básicos, está por debajo de récord también aunque se ha encarecido en los últimos meses rápidamente.
Los datos de la FAO han incrementado el temor a que se produzca una nueva crisis alimentaria como la de 2008 en países en desarrollo, que también afectaría a los más desarrollados con incrementos de precios. El Mundo