La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha advertido hoy en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que todas las opciones están sobre la mesa para derrocar a Gadafi, aunque ha mostrado su deseo de que la comunidad internacional responda con "una sola voz" contra una "violación de los derechos universales que es inaceptable".
Según la jefa de la diplomacia estadounidense, el Consejo de Derechos Humanos "debe ser capaz de responder a las emergencias en tiempo real y aplicar una norma única para todos los Estados".
Para Clinton, el dictador libio ha perdido su derecho a gobernar a su pueblo por lo que es hora de que "Gadafi se marche", tal y como pedía ayer Barack Obama durante una conversación telefónica con Angela Merkel.
Por eso, la secretaria de Estado ha asegurado que Estados Unidos apoya "una transición irreversible y pacífica hacia una verdadera democracia" en Libia y ha destacado que lo que realmente impulsa a los pueblos árabes a sublevarse "no son los valores occidentales sino los ideales universales". Por si quedaban dudas, Clinton se ha encargado de disiparlas: Estados apoyará otras revoluciones populares dentro del mundo árabe porque respaldar esas transiciones a la democracia "es un imperativo estratégico" y "no sólo un ideal".
La importancia de la reunión de hoy del Consejo de Derechos Humanos de Ginebra queda patente en la presencia récord de ministros de Asuntos Exteriores, entre los que se encontraban los de Francia, Reino Unido, Italia, Rusia, Suiza y Alemania. España está representada por Trinidad Jiménez, quien ha pedido que las sanciones aprobadas el sábado por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen de Gadafi sean aplicadas "con todo rigor" y que la comunidad internacional mantenga su firmeza ante la "barbarie" que se está cometiendo en Libia.
Consolidar los cambios
Durante el discurso inaugural de esta mañana, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha hecho un llamamiento a consolidar los cambios conquistados por los levantamientos populares en los países árabes "antes de que fuertes intereses empiecen a recobrarse o aparezcan nuevas amenazas".
Para Pillay, es una prioridad "garantizar que las víctimas de los abusos actuales y pasados reciban Justicia" para lo que es necesario "no bajar la guardia". El pasado viernes, el Consejo de Derechos Humanos adoptaba una resolución sin precedentes para suspender a Libia como miembro de pleno derecho de la institución, a la que se unió en mayo de 2010. El Mundo