Los ojos de los mexicanos anónimos parece que observan más, pero lo más importante es que sus bocas empiezan a no tener miedo a denunciar. En los últimos meses, cada vez es más frecuente que los tantos que se apunta el ejército y la policía tengan origen en llamadas anónimas que revelan el paradero de un presunto sicario o de varios secuestrados.
Esto último es lo que ha sucedido en Tamaulipas, el territorio fronterizo azotado por la violencia del narcotráfico, donde los militares acaba de sumar la liberación de 52 inimigrantes centroamericanos.
Tras el hallazgo en este estado de 183 cadáveres en 40 fosas y la liberación en la última semana de 119 secuestrados (51 el pasado martes y 68, el pasado 22 de abril), este viernes el Ministerio de Defensa ha anunciado el rescate de otros 52: 12 guatemaltecos, cinco salvadoreños, 34 hondureños y un nicaragüense, según detalla 'El Universal'.
Todos se encontraban privados de libertad en una casa de seguridad (las que utilizan los sicarios para esconderse y retener a sus víctimas) de Ciudad Reynosa, cuya ubicación conocieron por una denuncia anónima. EL MUNDO
