sexta-feira, 29 de abril de 2011

Guillermo ya tiene a su 'princesa'

Los Windsor están de enhorabuena. El príncipe Guillermo, de 28 años, ya se ha casado con Catalina Middleton, de 29. A partir de ahora ella esSu Alteza Real la duquesa de Cambridge. Para el pueblo británico, sin embargo, será simplemente la princesa Catalina o Kate.
La ceremonia, sobria y grandiosa en la abadía de Westminster, ha inyectado savia nueva en la monarquía británica, tan necesitada de ella después de años de escándalos personales. Guillermo y Catalina se han casado, por amor, después de diez años juntos. El hijo mayor del príncipe Carlos y Lady Diana no ha cometido el mismo error que sus padres hace ahora 20 años.
El evento, seguido en directo por casi 2.000 millones de personas en todo el mundo, ha tenido momentos íntimos. Al llegar, el príncipe le ha susurrado a su prometida que estaba muy guapa. "Acordaos de lo que es importante en la vida, y sed generosos", les ha pedido el obispo de Londres, Richard Chartres, el mismo que ofició el funeral de Lady Diana, la madre del príncipe, muerta en accidente de tráfico en 1997. El obispo ha subrayado "la esperanza y el peligro" que se ciernen sobre el mundo en un día tan especial.
El sí se lo han dado al arzobispo de Canterbury. Sólo la princesa Catalina llevará anillo de casada. El príncipe ha optado por emular a su abuelo, el duque de Edimburgo, y no portará alianza.
Ha sido un perfecto espectáculo británico: la pompa, los himnos, el vestido de la novia -diseñado por Sarah Burton en la firma Alexander Mc Queen-, el beso en el balcón de Buckingham Palace en el que Winston Churchill anunció el final de la II Guerra Mundial y el inevitable color amarillo del traje de la reina Isabel II.
Arremolinados alrededor del monumento a la reina Victoria había medio millón de personas. La alegría ha inundado la capital británica. Para Eileen Monks, una espontánea que ha venido desde la isla de Wight hasta Londres, el motivo es claro: "Los británicos necesitábamos algo así. Esta boda será buena para todos".

Y el beso

El príncipe Guillermo ha recibido a su esposa con el uniforme rojo de la Guardia Montada irlandesa. El padrino, el príncipe Enrique usó el uniforme de la Caballería Real. El hermano menor de Guillermo lució un peinado algo descolocado, como es su costumbre.
La duquesa de Cambridge se ha inspirado en el campo inglés a la hora de confeccionar su traje. Todo el encaje ha sido de motivo floral. También sus pendientes, regalo de boda de sus padres, están inspirados en las hojas de roble y las bellotas, que es el nuevo escudo de armas de la familia Middleton.
Uno de los detalles más románticos ha sido la tiara utilizada. Fabricada por Cartier en 1936, fue el regalo de Jorge VI a su mujer, conocida como la Reina-Madre, tres semanas antes de ser coronado. Jorge VI, el rey tartamudo, inspiró la película 'El discurso del rey'. La reina-madre le regaló la tiara a su hija, la reina Isabel II, cuando ésta cumplió 18 años. Para el gran día, se la ha prestado a la nueva integrante de la Familia Real británica.
Y, por supuesto, el beso. Los recién casados han salido al balcón de Buckhingham con el resto de la familia real y han exhibido el momento más tierno: el del beso ante la muchedumbre. Mejor dicho, los besos, porque el primero no ha convencido a los que esperaban una estampa más de cuento, y la pareja les ha deleitado al fin con una segunda 'toma' mucho más romántica. EL MUNDO