Juan Carlos Cruz, el chef televisivo que contrató a dos vagabundos de Santa Mónica, uno de los barrios más turísticos de Los Ángeles, para que mataran a su mujer, pasará nueve años en una prisión de California,después de escuchar una sentencia que le obligará además a pagar una multa de 1.870 dólares y a cumplir la mitad de la sentencia antes de tener derecho a libertad condicional.
Cruz, de 48 años, y que llegó a presentar el programa 'Calorie Commando' en el canal Food Network, orquestó el asesinato de su mujer en la avenida más concurrida de Santa Monica, el Third Street Promenade, un paseo peatonal repleto de tiendas y restaurantes.
Según los testimonios de 'Little Dave', el primer vagabundo al que contactó, Cruz le ofreció mil dólares por cortarle el cuello o estrangular a su amor de universidad, un plan que ejecutó con otro amigo 'sin techo'.
El suceso dejó sin palabras a algunos de los conocidos de la personalidad televisiva, conocido por ser un hombre apacible y uno de los habituales en la iglesia local los domingos. A menudo, se dejaba ver junto a su mujer paseando los perros cerca de su apartamento en el oeste de la ciudad.
Nadie sospechaba que fraguaba deshacerse de ella, Jennifer Campbell, abogada de profesión y una mujer con problemas para quedarse embarazada, lo que en un principio llegó a usarse como argumento para barajar el suicidio.
Sin embargo, el arresto de uno de los vagabundos por parte de la Policía por un delito menor, desembocó en la confesión sobre la intención de asesinar a Campbell y su autor intelectual. De acuerdo a ese testimonio, Cruz llegó a partir 10 billetes de cien dólares por la mitad, con la promesa de entregarle a los vagabundos la otra mitad cuando el trabajo estuviera terminado.
Cruz, nacido en enero de 1962, se conviritó en una personalidad del mundo de la cocina después de perder más de 20 kilos en un programa de televisión, que le llevaron a centrarse en dietas equilibradas y lejos de los pasteles que hasta entonces habían sido el pilar fundamental de su carrera. De hecho, trabajó como repostero en el Hotel Bel Air, uno de los restaurantes más lujosos de Los Ángeles, atendiendo a personalidades del cine como Jack Nicholson y Julia Roberts. El Mundo