El opositor cubano Ángel Juan Moya, uno de los presos de conciencia del Grupo de los 75, ha sido excarcelado en La Habana, según ha informado su esposa, Berta Soler.
Soler, una de las líderes de las Damas de Blanco, indicó que Moya se encuentra ya en su casa en un barrio del oeste de La Habana, después de que la Iglesia Católica cubana comunicó el anuncio de su liberación el viernes 4 de febrero.
Su salida de prisión se produce horas después de la de su compañero Héctor Maseda y un día después de la de Eduardo Díaz Fleitas. La esposa de Moya, Berta Soler, se encontraba en casa de Héctor Maseda y Laura Pollán (líder de las Damas de Blanco) cuando una de sus hijas la llamó para comunicarle que Moya había regresado a casa.
Ángel Moya, de 46 años, era presidente del Movimiento por la Democracia y Libertad de Cuba cuando fue detenido y encarcelado a 20 años de cárcel durante la ola represiva de la Primavera Negra de 2003. Aunque su liberación se anunció hace una semana, Moya se negaba a salir de prisión antes que los presos políticos que se encuentran enfermos.
Tras estas excarcelaciones permanecen aún en prisión siete presos de conciencia del grupo de los 75: José Daniel Ferrer García, Pedro Argüelles Morán, Diosdado González Marrero, Librado Linares García, Félix Navarro Rodríguez, Iván Hernández Carrillo y Oscar Elías Biscet.
En julio de 2010, el Gobierno de Raúl Castro se comprometió a liberar a todos los disidentes del Grupo de los 75 que aún estaban en prisión y que sumaban 52 en esa fecha. Cuarenta de ellos fueron excarcelados paulatinamente tras aceptar la condición de irse a España.
Las excarcelaciones que más se han demorado son las de los presos de este Grupo que rechazan el exilio en España. En noviembre pasado, Arnaldo Ramos se convirtió en el primer opositor desde el inicio del proceso que resultó excarcelado y permaneció en Cuba.
Tras un parón de dos meses, el siguiente fue Guido Sigler, la semana pasada (si bien este opositor desea marcharse a Estados Unidos); ayer se produjo la excarcelación de Fleitas y hoy, la de Maseda y Moya. El Mundo