El presidente electo de Haití, el cantante Michel Martelly, visitó sorpresivamente y por seis horas el sur de Florida el lunes, pero no vino a cantar a los suyos sino a decirles que deben tener confianza en el futuro de su país, devastado el año pasado por un seísmo, un huracán y terrible epidemia de cólera.
"Nuestro futuro depende de nosotros mismos. La ayuda internacional es importante pero tenemos que convencernos a nosotros mismos de quesólo nosotros podremos sacar al país del atolladero", dijo Martelly a centenares de haitianos, que fueron a saludarlo al Centro Cultural del Pequeño Haití.
Martelly, cuyo nombre artístico de 'Sweet Micky', exhortó a los haitianos en el exterior a enviar dinero al país para ser aplicado en la creación de puestos de trabajo y en la educación de los jóvenes.
"Necesitamos desesperadamente crear la mayor riqueza de todas, elevar la educación de nuestros jóvenes. Sin educación no hay futuro", dijo el presidente electo en creóle a sus compatriotas.
Martelly, quien llegó a la reunión en una caravana escoltada por el Servicio Secreto estadounidense, detalló sus planes para la reconstrucción del país.
Además de elevar el nivel educacional, insistió en la aprobación de leyes que prioricen las actividades de las empresas que participan en la reconstrucción, una realidad que – advirtió – pudiera ser dificultada por el hecho de que el parlamento es controlado por el partido del actual presidente René Préval.
Préval no pudo postularse porque la constitución prohíbe un tercer mandato presidencial, pero presentó a su ahijado político que, pese a haber sido anunciado como triunfador en la primera vuelta inicialmente pero, tras un recuento, terminó siendo descartado a favor de Martelly, por el Consejo Electoral Provisional.
En una improvisada rueda de prensa, Martelly añadió que su país dispone de una masa estudiantil de 500.000 jóvenes que necesitan educación. "Sin la ayuda de nuestra diáspora no vamos poder hacer nada por ellos", afirmó.
Además aseguró que llevará a cabo una profunda remodelación del Gobierno haitiano, con la promoción de personas capacitas para los cargos oficiales.
"Ya hablamos en la campaña sobre la falta de transparencia, sobre la enorme corrupción que hay en Haití y sabemos perfectamente que la situación nunca mejoró porque el Gobierno actual tiene otras prioridades. Una de las cosas con las cuales estamos comprometidos es en crear confianza entre nuestros socios internacionales, nuestro pueblo y nuestra diáspora", dijo el presidente electo.
"Nuestro pueblo está desesperado y necesita un cambio", puntualizó.
Martelly, quien fue proclamado vencedor de la presidenciales la semana pasada, también se refirió a la crisis parlamentaria, con el cuestionamiento de los resultados electorales de la legislativas.
El presidente electo dijo creer que la crisis pudiera resolverse en “unas dos semanas”.
"Tuvimos unas elecciones libres y justas pese a numerosos obstáculos. Llegó el momento de dejarlo atrás y dar un paso adelante. Sin embargo, estamos viendo la manipulación de los resultados de las elecciones legislativas, pero tengo confianza en que todo se resuelva en unas dos semanas", afirmó.
El presidente electo "estuvo la semana pasada en Washington", done se reunió con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y las principales autoridades del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
"No vote por él, no creo que vaya a ser capaz de resolver nuestros problemas. Pero vine a ver al hombre porque quería escuchar que tenia que decirnos. Fueron solo palabras, no hay sustancia allí. Todos dicen los mismo", comentó a ELMUNDO.es Joseph Lafleur, quien emigró a Estados Unidos, hace 25 años.
Para la joven estudiante Anne Marie Delmas, la visita de Martelly a la Pequeña Haití fue una sorpresa "agradable".
"Millones de haitianos confían en Martelly. No creo que vaya a engañarnos. El podía seguir cantando. Si se metió en la política es porque se preocupa con los haitianos", aseguró. EL MUNDO